¿Conoces la historia de los juegos de azar en México?

Historia Casino Mexico

Acceder a los juegos de azar y las apuestas deportivas, así como a la lotería, el bingo, las carreras de caballos y de galgos, hace parte de la cotidianidad de millones de mexicanos en la actualidad.

Pero no siempre fue así. Por el contrario, la legalidad de las actividades relacionadas con los juegos de azar, ha estado marcada por la persecución del estado y la iglesia a través de su historia en México y hasta épocas más recientes de lo que crees.

Apenas fue en 2004 cuando se estableció el Reglamento de la Ley de Juegos y Sorteos, dio paso a la operación de terminales electrónicas, reapertura de salas de casino y nuevas modalidades de juego como las apuestas y casinos online.

¿Hubo casinos y juegos de azar legales antes de 2004?

La respuesta es sí. Desde épocas de la conquista los juegos de azar y las apuestas han existido en la historia de México. Por algunas épocas y en determinadas partes del territorio, con el consentimiento del gobierno español y también del mexicano después de la independencia.

Los juegos de azar llegaron de la mano de los españoles con la conquista de América. Se dice que Hernán Cortés era un gran aficionado a los juegos de cartas y dados, que practicaba en sus ratos de ocio.

Los españoles en territorio mexicano se vieron en la necesidad de crear sus propios naipes, utilizando piel de animales, productos de los árboles como su corteza y sus hojas, cuero de tambores y otros materiales que tenían a la mano.

Los soldados españoles enseñaron a los indígenas los juegos que habían aprendido en su tierra natal. Muy pronto indígenas y soldados apostaban sus pertenencias y le agregaron el sentido mágico y adivinatorio, propio de su cultura.

Muy pronto, los gobernantes españoles identificaron la rentabilidad que podrían generar los juegos de azar, razón por la cual determinó alrededor de 1550, que el juego sería un negocio administrado exclusivamente por la Corona, restringiendo la producción en América de las barajas. En esta época las apuestas en peleas de gallos, juegos de cartas, dados y pelota, eran permitidos únicamente para los hombres, se consideraba un riesgo para las mujeres perder su honor en las casas de juego.

En 1727 se autorizaron las peleas de gallos en lugares públicos. Se realizaban casi todos los días en plazas de la Ciudad de México, a las cuales asistían principalmente las clases populares. Algunos juegos de naipes por esta época, se jugaban en salones para las clases media y alta.

En 1770 nace la Real Lotería General de la Nueva España. El primer sorteo se realizó el 13 de mayo de 1771 en Ciudad de México, otorgaba un premio mayor de 10 mil pesos. La Lotería fue suspendida durante la guerra independentista y volvió en 1815, promovida por la corona para financiar gastos del ejército español. Tras la independencia de México se transformó en la Lotería Nacional y su recaudo fue destinado al apoyo del arte y la agricultura.

Los juegos de azar en época de la Independencia

Una vez declarada la independencia de México, los juegos de azar y las apuestas fueron mal vistos por muchos años por el gobierno, pues se consideraba que iban contra la moral y el trabajo digno. Sin embargo, estas prohibiciones pocas veces fueron acogidas por la población, sin distinción de género o clase social, pues en las zonas rurales podían realizarse con total libertad.

En 1853, por ejemplo, se estableció un decreto que estipulaba penas para jugadores, que iban desde la prisión, hasta enlistarse en la armada y la marina, realizar labores forzosas o participar en la colonización zonas no habitadas.

Fue hasta 1910 cuando podría decirse que se establecieron los primeros casinos y casas de juego con el consentimiento del gobierno regional, sobre todo en las zonas cercanas a la frontera con Estados Unidos, pues por esta época se prohibió el juego en ese país. El juego empezó a entregar importantes sumas por recaudos que hizo que los mandatarios locales permitieran estas prácticas en Baja California y en la ciudad de Mexicali.

El primer reglamento que consideraba legales lugares para la práctica de juegos como ajedrez, damas, dominó, bolos, billar, juegos de pelota, dados, póker, tiro al blanco, carreras de personas a pie, carreras de caballos, perros y vehículos, peleas de gallos, luchas y boxeo, se publicó en 1936. Una modificación de dicho reglamento excluyó los juegos de dados y póker, lo que ocasionó el cierre de muchos casinos que ya funcionaban.

Otro hito que marca la historia de las apuestas en México fue la inauguración del Hipódromo de Las Américas en 1943, que coincidió con el cierre de los hipódromos en Estados Unidos y favoreció que a la pista local llegaran los mejores caballos del país vecino.

En 1947, se hace un esfuerzo importante por regular la industria, otorgando a la Secretaría de Gobernación la función de autorizar, reglamentar, controlar y vigilar los temas de juegos, apuestas, rifas y sorteos. Así, se dio la apertura de pequeños casinos y salas de juego y en 1955 se entregó a la empresa Espectáculos Deportivos Frontón México el primer permiso legal para juegos de apuestas.

Sin embargo, desde mediados del siglo XX hasta principios del XXI cuando en 2004 se dio operación a la Ley de Juegos y Sorteos, la legislación fue muy confusa y los casinos tuvieron que suspender sus actividades en varias ocasiones.

Un año después se empezaron a otorgar permisos a los operadores e inició la consolidación de las salas de casino y el juego online, tal y como hoy lo conocemos. Sin embargo, esta reglamentación no es específica en relación con las empresas extranjeras que ofrecen apuestas y juegos, lo que deja abierta la posibilidad para los mexicanos de hacer uso de ellas

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